Antes de reflexionar sobre qué ha significado la comunicación organizacional en los últimos años comenzaría por definir qué es, para estar en sintonía al momento de evaluar su evolución y desempeño.
La comunicación organizacional es una de las materias más difíciles de cumplir para todo profesional de la comunicación en una pequeña, mediana o grande empresa. Esta dificultad se origina en la frecuente confusión entre comunicación organizacional y comunicación interna y, desde una mirada más delgada, la confusión es producto de la falta de conceptualización regional de la materia. A lo largo y ancho de Latinoamérica solemos percibir los diferentes tipos de comunicación con algunas variantes que provocan distancias entre el entender y hacer, lo cual dificulta de modo sustancial el cada vez más común trabajo global en lo que hoy conocemos como la patria grande.
Nosotros, los comunicadores, hemos logrado avanzar a pasos agigantados en la formalización y profesionalización de la disciplina en la región, sin embargo, seguimos alimentando nuestros conocimientos con materiales provenientes de culturas diferentes a las nuestras y eso muchas veces nos juega en contra porque, sea por traducción o interpretación, no podemos aplicar algunos criterios a nuestras realidades.
La comunicación organizacional, de modo sencillo y resumido, es el proceso de producción, circulación y consumo de significados entre una organización y sus públicos. Esto implica mucho más que mantener informado al público interno; también tiene que ver con el proceso complejo que contiene la cultura, los valores y las cuestiones operativas que van a hacer al resultado exitoso del servicio o producto final. Entonces, la comunicación organizacional en términos generales y de protagonismo en las empresas significa mucho, pero lamentablemente no ha sido bien comprendida y menos bien llevada a la práctica por los profesionales de la comunicación, CEO y altos directivos.
El avance se ha dado más bien en la consolidación del cambio pragmático en la estructura organizacional que colocó a la comunicación en un lugar primordial dentro de la misma. Hace tiempo que la comunicación dejó de ser una herramienta aislada, propiedad exclusiva de la publicidad y el periodismo, para atravesar toda la organización y hacer de puente para comunicar al exterior quién es y qué hace. Pero el correcto ejercicio de la planificación estratégica que requiere la comunicación organizacional está dando recién sus primeros pasos.
La comunicación organizacional promete resultados valiosos pero en la práctica no ha llegado aún a cumplirse como se define conceptualmente. Debemos hablar del aporte fundamental que “debería” hacer el desarrollo de las empresas y organizaciones, porque actualmente creo que está aportando muy poco.
Al menos en Latinoamérica, la responsabilidad que tenemos quienes predicamos la comunicación y sentimos amor por ella es enseñarla para que sea comprendida con la complejidad que amerita. La comunicación organizacional, abarcadora de la comunicación interna, necesita una conceptualización clara y constructiva de la realidad latinoamericana. Entonces el reto decisivo será darle entidad y evaluar dentro de unos años cuál fue el aporte que pudo hacer a nuestras organizaciones.
Juan José Larrea
Director Grupo DIRCOM Latinoamérica.
Consultor en comunicación política y corporativa en internet y redes sociales.
Docente.
El presente texto forma parte del libro «100 autores en 500 palabras» (La Gunilla Editores Año 2013) de la Asociación Mexicana de Comunicadores (Mexico DF, Mexico).