Por Juan José Larrea
Jefe de Prensa del Ombudsman Nacional
Especialista en Comunicación Institucional
“Mi hermana es sorda y desde hace unos meses la expresión en su rostro cambió. Ahora puede comunicarse con otras personas que no están frente a ella, tal cual lo hacemos aquellos que no tenemos problemas de discapacidad auditiva y utilizamos el teléfono. La tecnología bien utilizada sin ninguna duda mejora la calidad de vida.” comentó Carmen en una reunión entre amigos.
Al oír su relato entendí que Carmen se refería a los beneficios que brindan las nuevas tecnologías en Internet y más precisamente el chateo (dialogo) en tiempo real a través de nuestras computadoras y con cualquier persona en el mundo. Claro, por intermedio de la escritura, una persona puede conversar con conocidos, familiares y hasta desconocidos desde cualquier punto de nuestro planeta en forma económica, rápida y sencilla.
Conversar (chatear) en Internet puede hacerse en forma oral (con micrófono) o por medio de la escritura (con el teclado) y, además, hasta con una webcam (cámara de vídeo) se visualiza (uno al otro) con quien se dialoga. Y aquí, es donde reside el fabuloso avance para la comunidad de personas con discapacidad auditiva aunque aún, no es del todo suficiente.
Recién al vivir en carne propia una experiencia, advertimos la magnitud del problema de la incomunicación. Los menos, lo hacen antes. Mabel Remón, única perito oficial de lengua de señas de la Argentina, comentó que algunas veces debe ir a la cárcel a ver a un detenido, a lo que agregó “… cuando los voy a ver al penal, lloran. No me conocen, pero la mayoría llora, porque allí no se pueden comunicar con nadie, no pueden participar en ninguna conversación, en ningún juego. Entonces cuando aparece la primera persona con quien logran comunicar lo que sienten, no pueden evitar llorar. Es terrible, también para mí. Ahí uno piensa en la importancia que tiene la comunicación entre los seres humanos”. La reacción de una persona demostrada mediante el llanto por la felicidad de poder comunicarse no es cosa de niños.
Mediante la mensajería instantánea (MSN o Yahoo! Messenger entre los más conocidos) una persona con afecciones auditivas puede comunicarse sin obstáculos de igual forma que otros (que no presentan esas afecciones) utilizan un teléfono para dialogar. Incluso, mediante la video conferencia que el sistema de chateo ofrece, hasta se puede conversar mediante la lengua de señas. Y es así que , por un lado, eliminamos una barrera en la comunicación y, por otro, expresamos un importante avance para mejor calidad de vida de todos.
¿Y el problema donde está?
El ancho de banda que hoy ofrecen los proveedores de Internet, no solamente tiene un costo poco accesible sino que, además, no es lo suficientemente rápido como para que las imágenes que se transmiten se visualicen en su totalidad. Cuando esto sucede, obtenemos solo imágenes entrecortadas que en una conversación con micrófono o teclado, no incidiría en la comunicación pero, al momento de comunicarse mediante imágenes por intermedio de la lengua de señas (o la lectura de labios), el mensaje deseado se vería afectado y no interpretado correctamente.
En efecto, para poder utilizar esta herramienta comunicacional es necesario adquirir algunos conocimientos sobre cómo operar una computadora pero, la ventaja en este sentido que para realizar la comunicación en cuestión, esos conocimientos son mínimos.
¿Y entonces?. Si tomamos en cuenta que la población de personas sordas y/o hipoacúsicas representan el 3% en nuestro país, el Estado debería intervenir (conjuntamente con las empresas prestadoras involucradas) procurando que este significativo y vulnerable colectivo de ciudadanos que vienen conociendo posibles soluciones y/o alternativas a las barreras de la comunicación, obtengan de forma gratuita (o con tarifa reducida) acceso a Internet y un ancho de banda suficiente y capaz de transmitir en forma eficaz y correcta las imágenes deseadas.